A raíz de un artículo del digital Vulture donde analizaban las malas proyecciones de varios cines estadounidenses nos hemos propuesto hacer lo mismo pero en nuestro país. Sin que sirva de precedente en ese sentido Spain is not different. De hecho es lo contrario: peor.

Antes de todo dejadnos poner la tirita antes de la herida. Los que hemos hecho este artículo amamos el cine. Trabajamos en varios cines de España y nos gusta nuestro trabajo. Pero eso no quita que como estamos «dentro» del sistema vemos las cosas que no se hacen bien. Nuestro deber es poner el ojo crítico y buscar una solución para que los cines ofrezcan una buena experiencia y que los espectadores la reciban. Algo que por desgracia hoy en día no se cumple mucho.

La experiencia de ver la película en pantalla grande puede ser una gozada o una pesadilla. Este artículo pretende reflejar una realidad que tiene lugar en los cines españoles que, o muchos ignoran o muchos no quieren ver. Encontraréis esa realidad con datos, certezas, muchas fotos y hasta con espectadores quejándose, que es lo que deberíamos hacer todos cuando las cosas no se hacen bien.

Vamos a repasar las principales causas del malestar de la exhibición. Nos centraremos en esas proyecciones deficientes por un motivo u otro, en el estado deplorable de algunas salas de cine, el poco personal que hay en ellas, cómo se quedan de sucias de la sesión anterior, en los anuncios interminables y para acabarlo de rematar en los espectadores que tocan los cataplines en la sala.

Ya os avisamos que hay mucha tela que cortar.

1 – IMAGEN CON DIFERENTE TAMAÑO

Hay que empezar por la básico: una película se tiene que ver y oír en perfectas condiciones. La proyección tiene que ser adecuada y no nos debería sorprender que fuera así. Pero por desgracia la gran mayoría de proyecciones dejan mucho que desear. Primero, lo que se ve.

Los proyectores de los cines suelen estar preparados para proyectar las películas en dos formatos: FLAT, con una relación de aspecto 1.85:1 bastante parecida a las teles que tenemos en casa;  y SCOPE, con una relación de aspecto 2.39:1 donde la imagen está más alargada y en casa nos haría ver barras negras arriba y abajo. Los cines tienen estos dos formatos porque el 99% de las películas vienen en esas dos maneras y porque también las pantallas de los cines tienen esas dos relaciones de aspecto.

Como podéis observar las dos pantallas son diferentes. Y si también le dais un poco al coco deduciréis que en una pantalla FLAT, una película FLAT ocupará toda la superficie; y que en una pantalla SCOPE ocurrirá lo mismo con una película SCOPE. ¿Qué tipo de pantalla es mejor? Va a gustos, pero con una pantalla SCOPE se consigue mayor inmersión y luminosidad.


Hasta ahí bien, pero…. ¿Qué pasa con el 1% de películas que no vienen ni en FLAT (1.85:1) ni en SCOPE (2.39:1)? Estos últimos años se han dado casos que vienen películas como Nop, Smile o Jurassic World que se distribuyen con una relación de aspecto de 2.00:1. En esos casos se tiene que crear un formato especial en los proyectores de los cines (si no está hecho) para que la imagen ocupe la superficie de la pantalla por arriba y por abajo. Un buen cine te crea el formato y se proyecta bien, pero no es la norma.


Como el formato más parecido es el FLAT de siempre, los cines proyectan ese 1% en el FLAT de toda la vida. Y va que chuta. Esto hace que la imagen se vea más pequeña y con barras negras arriba y abajo de la imagen. Si os ocurre esto en alguna proyección ya sabréis que los del cine son bastante vagos como para crear un formato.

Eso sí, hay casos en los que no es vagancia del cine sino mala medida de la pantalla.

Hemos dicho que los cines tienen pantallas FLAT y SCOPE, pero realmente hay cines que tienen pantallas SCOPE con una relación más baja con lo que cuando proyectas una película SCOPE aparecen unas barras arriba y abajo de la imagen; en menor o mayor grado. Pero en este caso no es culpa de la proyección, sino de la pantalla que está «mal hecha». Ejemplo, una pantalla SCOPE de 4x9metros tiene una relación de aspecto de 2.25:1. Ya no son los 2.39:1 del SCOPE normal.


Y por el contrario un cine como los Kinépolos que tienen pantallas de 25x10metros tienen una relación de 2.50:1, haciendo que si quieres ocupar toda la superficie del SCOPE tengas que recortar arriba y abajo. Recientemente nos dimos cuenta de eso con las pantallas del Kinépolis Valencia. Al loro con el fotograma de Super Mario Bros. La película y cómo se recorta la televisión de fondo.


Otros casos que no son culpa del cine pero al espectador le parece que sí es cuando la película viene en un formato muy diferente del FLAT o SCOPE habitual. Es decir, que venga en una relación de aspecto de 1.33:1; que básicamente es ver un cuadrado. Estos últimos meses hemos tenido películas con ese formato, como La Ballena o The Quiet Girl, así que cuando el espectador casual ve que la pantalla es así de pequeña entiende que la película se está proyectando mal. Pero no, es que es así.


Tampoco hay que olvidar que a veces películas FLAT se proyectan en SCOPE haciendo que se recorte imagen por todos los lados. Y cuando esto ocurre en película subtitulada te encuentras que no ves bien los subtítulos. Esto es más un fallo humano pero como entra dentro de este apartado IMAGEN lo ponemos aquí y no en la seccion ERROR DEL PROYECCIONISTA del final de todo. Sí, existe dicha sección y será bastante jugosa. De momento os dejamos con el ejemplo de abajo.


2 – IMAGEN TORCIDA O RECORTADA

Otro de los fallos que se pueden dar respecto a la imagen, sin contar el desenfoque que creemos que no hace falta explicar por razones obvias, es ver la imagen en pantalla con una deformación trapezoidal. Eso es debido a la inclinación vertical de la proyección respecto al eje de pantalla y básicamente es un problema común a todas las salas en grada del mundo. Cuanto más pendientes son las gradas, más extremas son las deformaciones así que hay salas peores que otras.


Para ocultar ese trapecio, los cines utilizan unos máscaras digitales, que encuadran la película y “ocultan” los dos lados de ese trapecio. Por tanto, no se evita la deformación, sino que se esconde. Lo malo es que las dos pequeñas porciones del fotograma que ocultamos tras esas máscaras (lo rojo en la foto de arriba) es un trozo de imagen que se pierde.

Seguro que estáis pensando: «Joer, el proyector que tengo en casa permite hacer una corrección trapezoidal». Y así es, eso sería ideal. El problema es que los proyectores digitales de los cines, que cuestan decenas de miles de euros, no pueden hacerlo. El flujo digital de las imágenes que recibe el proyector llega encriptado y cualquier manipulación precisaría de un desencriptado previo.

Pero hay más. ¿Qué pasa si la sala tiene deformación trapezoidal y encima una pantalla extremadamente curvada? Pero curvada de cojones. De toda la vida las pantallas de los cines son más o menos curvas para mejorar la inmersión y se utilizan ópticas específicas para evitar dicha deformación, pero hay cines que han tenido una pantalla tan curvada que te recorta el doble de imagen. Fijaros en la imagen de abajo con las máscaras recortando la imagen tanto en FLAT como en SCOPE.


Si alguna vez os encontráis con una sala así no volváis. NUNCA. Y al salir hoja de reclamación. ¿Queréis ejemplos? Uno de los peores cines que hemos tenido la desgracia de visitar es el FULL HD del Centro Comercial Splau de Cornellà del Llobregat (Barcelona). Ahora son gestionados por Kinépolis así que no sabemos si corrigieron fallos, pero cuando se inauguraron en el año 2010 el cine de Pere Sallent era el que peor imagen podía dar.


Dejémoslo claro: algunas salas del Splau estaban hechas para estafar a los incautos que se creían que porque la pantalla era más grande la sala era mejor. La curvatura de la pantalla era abominable y el recorte de imagen aún peor. Además directamente proyectaban películas SCOPE en pantallas FLAT pero ocupando toda la superficie de la pantalla con el consiguiente recorte de imagen.


3 – IMAGEN OSCURA Y CON POCA LUZ


Proyectar una película recortando imagen o con un formato equivocado te jode la experiencia pero al menos la ves; mal, pero la ves. El problema es cuando una película se ve oscura porque la lámpara xénon del proyector está muy desgastada. Este es uno de los principales cánceres de las malas proyecciones. Seguro que lo habréis sufrido en más de una ocasión. Pero lo que seguro no sabíais era porqué ocurre eso. Pero antes… un poco de contexto.

Desde hace décadas los proyectores de cine ofrecen la luz a través de una lámpara de arco de xenón de entre 3.000 y 6.000 watios. Estas “bombilla gigantes” producen luz pasando electricidad a través de gas xenón ionizado a alta presión y consiguen una luz blanca brillante que imita de cerca la luz solar natural.


¿Pero qué pasa? Que después de unas 100 o 200 horas la luz pierde potencia y es cuando las imágenes proyectadas se ven más apagadas, con blancos y negros grisaceos. Tal es el desgaste que si se duplica o triplica la vida útil de la lámpara pueden hasta verse fluctuaciones de luz en las imágenes, como si se iluminara con una vela. Y sí, giro de guión, hay muchos cines que duplican o triplican la vida útil de una lámpara. Hemos llegado a comprobar que hay cines que una lámpara cuya vida útil son 600 horas las han estirado hasta las 3.000.


Para que una proyección esté perfecta requiere que la lámpara se cambie cada varios meses, algo que no es habitual en el mundo de la exhibición. Así que para no sufrir una proyección oscura de una película hay que apostar por las salas con un proyector láser, ya que las imágenes son más nítidas, brillantes y con mejor contraste, con negros más profundos y mejores colores. Con el láser no hay lámpara xénon, sino tres lásers RGB de los colores primarios (rojo, verde, azul) que no sufren desgaste. Se puede llegar a las 50.000 horas y en cada pase se vería igual de bien.

El caso que mejor recordamos como queja generalizada de las lámparas de los cines fue en el año 2021 con el estreno de la primera parte de Dune, de Denis Villeneuve. Flipamos con la cantidad de mensajes en redes sociales en las que la gente se quejaba porque no veía nada en las escenas más oscuras. Y CON RAZÓN.

4 – IMAGEN TINTADA DE COLORES

Ver algo oscuro es igual de malo que verlo de otro color. Tú estás en la sala tan tranquilo cuando de repente las imágenes tienen un tinte rojizo, azul o verde, a lo parchís. Puede que sea intermitente o seguido, pero en ese caso puede que un reinicio del proyector no solucione el problema. Al loro con el video de una sesión de Black Panther: Wakanda Forever (2022).


Hay otro caso de tinteo que tiene que ver con la convergencia de los tres colores primarios del chip del proyector. En lugar de que toda la imagen se tinte de un color, tenemos la imagen normal pero con siluetas de colores azulados, rojos o verdes. Para que os hagáis una idea sería como ver aquellas películas antiguas en 3D que necesitaban de las gafas anáglifas de cartón con las lentes de colores pero no de forma tan exagerada. Eso es porque los patrones de los colores están desalineados y hace falta un test interno del proyector para ver si ha sido algo puntual o definitivo.


¿A qué son debido estos fallos? A la falta de mantenimiento de los proyectores. Así de claro. Cuando salen estos tintes de colores significa que el equipo está sucio y necesita una revisión. No entraremos en más detalles técnicos para no volaros la cabeza. Sólo comentar que los cines saben esa falta de mantenimiento porque aparecen multitud de avisos y pop-ups dando la alarma, pero claro, si los jefes de cines no quieren hacerlos porque cuesta dinero pues van tirando como pueden. Hasta que falla. Y es entonces cuando hay que suspender pases y aparecen las prisas.

En ese momento es cuando cuando se llama al servicio técnico. En el mejor de los casos sólo limpian los conectores de las tarjetas de circuitos. En el peor de los casos han de cambiarlas y cada uno cuesta unos 5.000 o 6.000 euros. Sabemos que no nos van a escuchar pero por favor, haced el mantenimiento de vuestros equipos de proyección que luego pasa lo que pasa.

5 – SALA MAL CONSTRUIDA

Por inverosímil que parezca hay cines que no es que este mal hechos, es que están MUY mal hechos. Ya hemos visto antes que una sala con unas medidas ineficientes puede joder la proyección de la imagen, pero… ¿qué pasa cuando la sala está tan mal construida que hay elementos físicos que impiden la visión? Puede sonar a chiste pero hay salas que tienen altavoces, muros de escaleras o hasta columnas que desde una butaca en concreto te tapa la pantalla.

¿Y qué me deciis de las salas con reflejos de luces de la numeración de las butacas o directamente de las cabinas de proyección? Quien lo diría pero… sí, es difícil elegir un buen cine.


6 – ERROR DEL PROYECCIONISTA

Vale, imagina que has encontrado el cine perfecto. Proyección de puta madre, construcción ejemplar y hasta trato inigualable por parte de los trabajadores. Pero siempre, siempre, siempre… hay un factor que puede hacer caer toda la montaña de cartas: el error humano. No hay que olvidar que las películas se proyectan porque hay una persona que lo hace posible.

Antes esa persona que controlaba la cabina era el denominado operador o proyeccionista, ahora son los encargados de los cines o directamente el chaval de las palomitas (con todo nuestro respeto por el chaval de las palomitas). El oficio de hace décadas se ha perdido, se ha extinguido. Ya no hace falta hacer un curso de electrónica o mecánica ni fardar de tener un carnet que avala tus conocimientos. Ahora muchos definen el puesto de cabina como «darle al play y a correr», pero es mucho más que eso.

Muchos de nosotros somos (hemos sido) operadores así que nos sentimos en la necesidad de explicar (no con muchos detalles) en qué consiste el trabajo del operador de un cine. No entraremos en los 35mm (eso daría para otro extenso artículo) pero necesitamos comentar que los operadores de hace décadas, con los 35mm, hacían magia en la cabina. Sabían detectar cualquier problema mecánico sólo con escuchar el proyector, ya sean rodillos sin un diente o correas yendo a una velocidad anormal, y sabían siempre como proyectar la película de la mejor manera posible.


¿Y ahora? En cada sala tenemos un proyector eléctrico conectado a un servidor digital, que básicamente es un ordenador ya que tiene monitor, teclado y ratón. El contenido (películas, spots, tráilers…) se envía a los cines en archivos digitales llamados DCP (Digital Cinema Package) que pueden llegar vía disco duro externo, satélite o fibra óptica. Una vez recibidos se ingieren en los ordenadores de las salas o en un servidor central denominado TMS que tiene los demás servidores conectados. ¿Cuanta pesa una película? Pues depende, pero más o menos unos 200 o 300gb. Como lo que tenía Johnny Mnemonic en la cabeza.

Una vez que tienes ingerido todo el contenido que quieres proyectar tienes que crear el showlist para cada sesión de cada sala. Se trata de una plantilla con las órdenes y contenido que le dice al proyector o al servidor qué tiene que hacer. No sólo encontramos lo que se tiene que proyectar sino también cómo. Es decir, los automatismos para apagar luces, encenderlas, subir el volumen, bajarlo, poner el hilo musical, cambiar de FLAT a SCOPE… cualquier cosa que necesite hacer el proyector se especifica antes.


Hay que tener un gran control de lo que se quiere proyectar y los días antes del cambio de programación se tiene que tener estar concentrado para no cometer errores. ¿Pero qué pasa? Que el hecho de que no te quieran pagar horas extras, el no tener tiempo de hacerlo bien porque no hay personal o el simple hecho de no tener ganas, hacen que algunas sesiones sean fallidas. Las prisas nunca son buenas.

¿Repasamos esos fallos y vemos por qué suceden?

TRÁILER LLENO DE SPOILERS. Es una situación muy jodida. Puede que hayas estado evitando el tráiler de la nueva película de Marvel pero justo antes de verla te lo ponen. En esa misma sesión y minutos antes. Menuda broma macabra. En ese caso es que el operador ha utilizado un showlist de otra película y se ha olvidado de cambiar el tráiler que casualmente es la de la película que tú vas a ver.


Hay otra variante que es poner un tráiler que debería ir al final de la película al principio. Pasó con el tráiler de Spider-Man: Lejos de casa (2019) spoileando la muerte de Iron Man antes de ver Vengadores: Endgame (2019). Menudo CABREO pilló la gente.

TRÁILER DE PELÍCULA PARA ADULTOS EN SESIÓN INFANTIL: Es lo mismo que en lo anterior. El operador ha utilizado el molde de otra película y ahí se ha dejado el tráiler. Cada tráiler tiene su calificación de edad y algunos no se pueden (deben) proyectar con según que películas. Entre nosotros recordamos el mítico error de poner el tráiler de Nymphomaniac (2013) justo antes de Frozen (2013). Los padres se dividieron: unos se apresuraron a salir de la sala mientras otros intentaban tapar ojos y oídos como buenamente podían.


– LAS LUCES DE LA SALA SE ENCIENDEN (O NO): En los showlist los operadores tienen que marcar el minutaje exacto en que se encienden las luces de la sala. Normalmente en las hojas técnicas de las películas viene indicado dependiendo de los créditos finales, pero sino hay que hacer manualmente como cuando las películas eran en 35mm. ¿Las luces se encienden antes de acabar la película jodiendo el climax? Ha sido el operador que lo ha puesto a ojo. ¿Las luces no se encienden y tienes que salir de la sala con la linterna del móvil? El operador se ha olvidado de poner las luces. ¿Estáis viendo la escenas post-créditos de la última película de Marvel con luces? Al operador NO LE HA DADO LA GANA de apagarlas automáticamente.


7- UN 3D MALÍSIMO

El 3D no murió, lo mataron. Por un lado las terribles conversiones de 2D a 3D de muchas películas (aún tenemos escalofríos con Furia de titanes), y por otro lado por la poca calidad y luminosidad del proyector. Si, volvemos al tema de las lámparas gastadas porque es un teme IMPORTANTE.

Según los amigos de CinemaNext, distribuidores e instaladores de equipos cinematográficos, el 90% de las salas 3D que chequean tienen entre 0,5 y 2 footlamberts (es una medida de luz), cuando según DCI (que es la normativa para la proyección) debería estar entre 3,5 y 5,5. Pensaréis que es poco pero es que poca cantidad de luz afecta directamente a la calidad de la proyección en 3D.


También conocemos casos que la mala proyección pueda ser debida a una imagen doble en pantalla (¿veis el logo de Star Wars?). Eso es porque hay instalaciones de 3D que no tienen la ventana inclinada respecto a la lente del proyector haciendo que parte de al luz rebota en el filtro 3D externo y vuelva a salir rebotada. Hay que inclinar la ventana de la proyección respecto al proyector aunque sólo sea un poquito.


Luego está el famoso ghosting, un concepto que se refiere a la cantidad de luz de un ojo que se cuela en el otro haciendo que se crea una especie de estela fantasma. Por si no lo sabéis el sistema 3D de los cines hace que el ojo izquierdo vea una cosa y el ojo derecho la otra, pero cuando el proyector padece ghosting vemos la imagen doble. Y eso da por culo.


¿A qué es debido? Pues por el tipo de cristal de la ventana de la proyección que afecte a la polarización del filtro 3D (como algunos cristales muy resistentes al fuego), por un ligero desenfoque en el proyector que aunque en 2D no se notara en 3D se agrava o porque los cables de conexión están al revés.

8 – ESTE CINE SE CAE A PEDAZOS

Llegamos a este punto habréis flipado con la cantidad de problemas que pueden surgir de una proyección en lo que a la imagen se refiere. ¿Pero qué pasa cuando es la propia pantalla que no está en condiciones? Hay cines que están tan anticuados y dejados que no dan ganas de pasar 2h de tu vida ahí. Y la pantalla es algo importante a tener bien. Pero no pasa. La mayoría de pantallas de los cines españoles tienen más de 20 años. ESTO ES ASÍ.


Algunas tienen decoloración amarillenta por los cambios de temperatura de la sala o la luz del proyector, otras manchas de dedos, algunas roturas mal arregladas, en otras deformaciones por los altavoces… todo esto hace que la pantalla pierda ganancia; que es como se mide calidad de la propia tela. La ganancia mínima en España es de 1, pero se han visto casos donde la ganancia llega hasta 0,6. Y seguro que hasta menos. En el caso del 0,6 se pierde un 40% de luz de lo que se debería tener. MUY FUERTE.


Y si una pantalla es esencial también lo es la butaca en la que te sientas. Ya que tu culo y tu espalda va a estar 2 o 3 horas en un mismo sitio no debe ser mucho pedir un asiento en condiciones. La comodidad de la butaca es uno de los grandes pilares por los que muchos elijen un cine. Pero como veréis en la galería de abajo hay butacas que son una auténtica VERGÜENZA. Piel levantada, forros despellejados, manchas de dudosa procedencia…


La galería de fotos de butacas rotas podrías ser infinita. Y no sólo en las grandes como Cinesa o Yelmo, también en las medianas o pequeñas cadenas que intentan ahorrar costes como sea. Sí, el gran problema de los cines españoles es que se quiere estirar el chicle más de lo normal.


¿Por qué no se cambian las lámparas gastadas, las butacas estropeadas o las pantallas más viejas que la abuela del Titanic (que en paz descanse)? Porque cuestan dinero. ¿Por qué los proyectores digitales fallan cada vez más? Porque los mantenimientos para que estén siempre a punto son muy caros. Y última pregunta: ¿Por qué muchas salas están sucias después de una sesión? Pues porque nadie puede ir a limpiarlas, porque no hay personal para hacerlo o porque hay muy poco espacio entre una sesión y otra. PASTA, PASTA y PASTA.


Como trabajadores (y espectadores) de nuestros queridos cines hemos confirmado que la experiencia de ir al cine se ha devaluado paulatinamente. Sabemos de primera mano los esfuerzos que los cines han hecho estos años tras la pandemia, pero este problema viene de más atrás. Los cines deberían estar más preocupados en hacer que el espectador se sienta a gusto y quiera volver que en poder ahorrar miles de euros de cualquier rincón. Eso sí, NO todo es culpa del cine.

9 – LOS ESPECTADORES DANDO POR CULO

Al igual que una biblioteca, un cine es un lugar cultural al que se asiste con un propósito y responsabilidad concretas, pero a veces la falta de respeto, civismo y educación convierten algunos visionados en un verdadero infierno. Mucha de esa gente no debería tener derecho a ir al cine. 

A lo mejor estarían mejor viendo crecer la hierba, oliéndose los sobacos o revolcándose en el barro pero desde luego no yendo al cine con más gente. A estos maleducados les importa una bledo la película y sus actos son uno de los cánceres que mata la experiencia de ir al cine.


Por desgracia la figura del acomodador está extinguida y ya nadie vigila las salas. Hay cines, más pequeños o de una sala que sí que se puede hacer, pero en general las multisalas con centenares o miles de butacas carecen de supervisión en el interior. Así que si entra alguien con ganas de tocar los cojones no hay nadie que le pare los pies. Bueno, nosotros pero ya nos calentamos y se fastidia el estar tranquilo. ¿Repasamos los 6 ejemplos más porculeros?

  1. TELÉFONO, MI CASA: Uno de los peores problemas de conducta y habitualmente detonante de disputas y enfrentamientos en una sala de cine vienen derivados del uso del teléfono móvil. Antiguamente era el molesto politono de aquellos que olvidaban ponerlo en MODO SILENCIO, pero hoy en día se trata de los chavales (y no tan chavales), que tuitean, mandan whatsapp o pasan los reels de Instagram como Tom Cruise en Minoriry Report. Todo ello con el inconveniente de la iluminación de las pantallas que en la oscuridad de la sala parecen faros navales.
  1. COMIENDO COMO CERDOS. Abandonar el ritual de comprar comida y bebida para ir al cine es difícil, y más si el público es multisalas yendo a ver el blockbuster de la semana, así que lo fácil sería saber comer. Pero no. Hay gente que no saben comer. Ni masticar. Comen como si las palomitas fueran la última comida que vayan a comer en su vida, absorben el refresco por la pajita con la fuerza de una bomba neumática. Lo peor es cuando llegan con la bolsa que han comprado en el supermercado de la esquina y sacan patatas, donetes, bocadillos, caramelos con su correspondiente rudio. Eso sí, sabemos que el cine no ayuda si vende pizzas, nachos con queso, hamburguesas y demás como algunos cines de Yelmo.

  1. LOS TARDONES DE TURNO: Ya no hay luz, estás concentrado en la pantalla pero algún desgraciado aparece iluminando media sala buscando desesperadamente su asiento. Elige tu aventura: la luz cegadora del móvil; los pisotones de turno  o como la fila de delante se va poniendo de pie a ritmo de una ola imaginaria para los que no son puntuales. Y hablando, por supuesto.
  2. LAS PUTAS PATADITAS: Ni te has sentado en una butaca con masaje vibratorio ni estas en la fila de los últimos sensorround que existen ni te has equivocado y has entrado en la sala 4DX. Esos golpes y vibraciones que notas es el vecino de atrás que o tiene el síndrome de Ekbrom o directamente no sabe donde está.
  1. YO, GAMBERRO: Como la mala educación no entiende de edad no podíamos olvidarnos de los grupos de chavales hormonados con déficit de atención que van al cine de centro comercial durante el fin de semana (la peor sesión es la del sábado por la tarde) a armar jaleo. Hablan, hacen ruido y la lían con lo que sea. Lo de menos es ver la película.
  2. ESTO NO ES UNA MALDITA GUARDERÍA: Cuando los “mejores padres del mundo” se llevan a su criatura de un añito o menos a ver una película que no entenderá, ni tiene por que entender, ya puede empezar la fiesta de lloros, gritos y ruidos. No entraremos en los comportamientos de los niños en las películas infantiles, pero hay que reconocer que a muchos el carnet de padre/madre les tocó en un sorteo.


10 – LA ETERNA Y ODIADA PUBLICIDAD

Cada semana se repite la misma historia. Si hacemos una búsqueda rápida en redes sociales veremos que una de las grandes quejas de los espectadores que pagan religiosamente su entrada es la desesperante y excesiva cantidad de anuncios antes de una película. Tantos que se te olvida que película venías a ver.

Sabemos que la publicidad en los cines es una de las cuatro grandes fuentes de ingresos junto el porcentaje de las entradas, el consumo del bar y el alquiler de salas, pero en ocasiones el espectador ha llegado a esperar lo que dura un episodio de los Simpson desde la hora a la que supuestamente comenzaba la sesión. Si el pase de la película que se quiere ver es a las 19:00h y empieza a las 19.25h ¿no es publicidad engañosa? ¿No hay algún tipo de regulación de la publicidad? Nope, y ahí está el problema.

Al contrario de lo que ocurre en la pequeña pantalla, no existe una ley que regule el tiempo máximo de publicidad que puede emitirse en los cines. Así, Moviedis (la integración de Movierecord y Discine) y 014 DS, las dos mayores empresas publicitarias del sector, se amparan en este vacío legal y el espectador queda indefenso ante la imposibilidad de cambiar de canal o apagar la pantalla. Y cerrar los ojos como que no.


Es cierto que hay cadenas de cines como los Renoir o Golem, o cines independientes que no tienen, pero en las grandes nadie te salva de mínimo 10 minutos. Y no nos referimos a los tráilers, que creemos son parte del encanto de ir al cine, sino a los minutos de anuncios de coches, compañías de telefonía, restaurantes… para eso ya tenemos Antena 3 y Telecinco.

¿Sabéis cual es la peor exhibidora? Cinesa con 25, 30 o hasta 35 minutos para las películas más comerciales.

11 – CONCLUSIONES Y CONSEJOS (DE LOS QUE TRABAJAMOS EN CINES)

¿Qué hacemos para ver una película en pantalla grande y no morir en el intento? Lo del comportamiento de la gente por desgracia no tiene una fácil solución. Siempre habrá alguien que moleste. Seguro. Por eso es uno de los grandes cánceres.

Está claro que si alguien molesta obviamente le tenemos que llamar la atención, pero entonces ya que juegas un enfrentamiento si el listo (o lista) no para de molestar. En ese caso ya entramos de oficio los que trabajamos en los cines, que para eso estamos. Los mejores días son los laborables y apostando por las últimas sesiones. La primera sesión del viernes también es buena opción.


¿Y lo de la proyección nefasta? Si lo que has visto en el último cine has de cambiar de cine. Lo siento, es así. Sabemos que muchos eligen el cine por la cercanía, la comodidad o el precio, pero realmente se debería primar la calidad de imagen y sonido. Os recuerdo lo del punto 3: buscad cines que tengan proyector láser. Y de ahí ya podéis ver si tiene Dolby Atmos, pantalla recién puesta o hasta masajeador de nalgas en la butaca. Lo que seguro que no verás será una película más oscura que la guarida del rancor.