Estos días el cine Cinesa La Maquinista de Barcelona está cerrado debido a un cambio de propietarios. Como soltamos hace unos meses Cine Yelmo se ha quedado con la titularidad del complejo y ahora tienen unos días para hacérselo suyo. Se quedan con la mayoría de trabajadores, con la sala Dolby Cinema y con uno de los cines que más facturaban de España.

Pero este reportaje no es un homenaje a ese cine que nos trajo a nuestro país la primera película comercial en 3D (Beowulf, 2007) o la única sala Dolby Cinema (2014). No, para nada. Es un reportaje al cine que había antes: el Warner La Maquinista. El que para muchos barceloneses de principio del siglo XXI se consideraba como el mejor cine de la ciudad.

Eso sí, antes de meternos con el cine hay que saber cómo demonios Bugs Bunny, Piolín y compañía pudo tener una gran de cadena de cines que conquistó a propios y extraños en calidad técnica, decoración y una oferta que no se había visto hasta entonces.

¿QUÉ HAY DE NUEVO, VIEJO?

En el año 1992, la multinacional hollywoodiense Warner Bros. y el grupo multimedia portugués Lusomundo, formaron equipo con el objeto de poner en marcha una importante cadena de cines en España. Su unión dio sus frutos el 7 de Abril de 1995 con la inauguración del primer cine en el Centro Comercial de La Moraleja, en Madrid. Posteriormente, en 1997 la española Sogecable se une a esta «joint venture» y forma un trío de empresas que da como resultado: Warner Lusomundo Sogecable Cines de España, S.A.


Los tres protagonistas sacaron pecho visto el éxito de su cine madrileño y en seguida anunciaron sus intenciones de abrir 20 megacines en nuestro país, con 225 salas. En 1999 pasaron de tener 42 pantallas a un total de 95 en 2001, y de 3.200.000 espectadores a 6.100.000 en el mismo periodo de tiempo.

Al final sólo pudo alcanzar la cifra de 124 salas, repartidas en un total de 11 cines. Los otros 10 cines fueron: Grancasa (Zaragoza), Illumbe (San Sebastián), Equinoccio (Madrid), Plaza de Armas (Sevilla), La Maquinista (Barcelona), Panoramis (Alicante), Parque Principado (Asturias), Bonaire (Valencia), Siete Palmas (Las Palmas) y El Muelle (Las Palmas).


A más de un avispado esos cines le sonarán. Sí, todos son (o han sido) de Cinesa. Y es que principios de 2005, la Compañía de Iniciativas y Espectáculos, S.A. se sacó de la manga 45 millones de euros para hacerse con todos los activos de Warner Lusomundo Sogecable aprovechando que ésta tenía deudas tras no poder replicar el éxito nato de La Maquinista (1.500.000 de espectadores el primer año) en otros cines. La operación acabó completándose apenas unos meses después, siendo los cines adaptados (algunos mejores que otros) a la imagen corporativa de la nueva empresa propietaria.


Con la historia de los cines Warner explicada y antes de meternos en «La Maki» tenéis que dejarnos dar las gracias al equipo de CineSonido.com; concretamente a Albert Bonet, su creador en un lejano año 2002. CineSonido.com fue una web de referencia en lo que a la tecnología de cines españoles se refería. Y gracias a ellos hemos podido obtener las imágenes de archivo de la época Warner de La Maquinista. Sin ellos este artículo no sería posible. Es más, Sala Abierta nace como una especie de CineSonido 2.0 ya que algunos de nosotros respiramos por allí. Gracias por enseñarnos el camino, muchacho.


WARNER LA MAQUINISTA


El cine estaba (está) dentro del Centro Comercial La Maquinista, en el barrio barcelonés de El Bon Pastor del Distrito de San Andreu, el que es considerado como el complejo de ocio más grande de Catalunya y uno de los más grandes de España. Se inauguró el 16 de junio del 2000 con los estrenos de Rescate explosivo, New Blood, Hijos del viento, El misterio de la villa y Misión a Marte. Si os fijáis en la cartelera de ese día también veréis otras películas que tuvieron que poner para rellenar. Sin duda una buena cartelera de inicio.

Lo primero que te llamaba la atención era su decoración basada en los populares personajes de dibujos animados de Warner Bros. Figuras gigantes de Buggs Bunny, el Pato Lucas, Piolín y muchos de los otros protagonistas de las series de televisión, daban la bienvenida al espectador desde el vestíbulo del cine al igual que lo hacían en el resto de cines de España y del mundo.


De hecho no sólo estaban en el vestíbulo ya que al empezar las proyecciones veíamos un anuncio de la cadena de cines con Bugs Bunny presentando los servicios del cine. Hemos conseguido un fragmento del anuncio en español. Una joya que ahora mismo no hay otro sitio donde verlo.


Como habréis visto en las fotos de antes el vestíbulo principal era grande, enorme, y se podían ver decenas de televisores mostrando los tráilers de la semana o del mes. Otra característica «marca de la casa» eran sus pasillos amplios, con moqueta azulada y a la entrada de cada sala unos enormes y rosados números que junto a un panel LED te mostraba el título de la película.


El cine entraba en la categoría de multiplex con un total de 4.048 butacas repartidas en 13 salas en formato grada y de distinto aforo, siendo la sala 1 la más pequeña (155 butacas) y la sala 13 la más grande (473 butacas). Como es lógico las pantallas también eran diferentes, así que la más pequeña estaba en esa sala 1 (46 m² con dimensiones de 9,14m x 5.03m) y la más grande en la sala 13 (161 m² con dimensiones de 18,89m x 8,53m) que se ganaba el título de ser la mejor del complejo.


Hay que decir que las salas 9 y 10 también compartían la pantalla de 161 m², pero a diferencia de la sala 13 no tenían certificado THX en el sonido. Eso lo veremos más adelante. Lo que sí tenían en común las salas 9, 10 y 13 era un concepto que encantó a los que lo visitaban y que marcó un antes y un después: el Palco VIP.


SÚPER PALCO VIP

El concepto VIP lo tenemos muy visto desde hace años, en butacas, salas, filas, pero en aquel lejano año 2000 ningún cine había llegado a tal nivel de excelencia. Warner Lusomundo Sogecable fue un pionero y recuperó el carácter entrañable y exclusivo de los anfiteatros de los antiguos cines de sala única y los dotó de una excelencia nunca antes vista.


Básicamente el Palco VIP de las salas 9, 10 o 13 era un anfiteatro con 78 butacas más cómodas, con más separación entre ellas y dotadas de doble apoyabrazos y una mesita de madera individual al lado para reposar las palomitas, el refresco o hasta la copa de bourbon con hielo que podías conseguir antes de sentarte.


Sí, antes de entrar al anfiteatro tenías una sala de espera donde te podías sentar en butacones del copón a ver los 40 Principales desde la TV, comer frutos secos que tenían en cuencos por todas las mesas o fumarte un buen piti. Además la zona de los palcos vip contaba con un bar propio en el que te servían lo que querías: bocadillos, hotdogs, hamburguesas, helados, vino, café, cerveza, cava y otros combinados. Vamos, como el Oscar’s Bar de Cinesa pero hace 20 años antes.


Y por si no quedaba claro que el Palco VIP era la zona más molona, para acceder a esos palcos tenías una entrada apartada del resto de las salas y hasta podías subir en un ascensor acristalado para que todo el mundo supiera que tú ibas a la parte guay. Una zona que era más cara (200pts o 1,20€ de más) pero en la que te sentías como un rey lejos de la plebe. ¿Recordáis a los del piso de arriba de Cinema Paradiso? Pues lo mismo pero sin escupir.


LAS CABINAS DE PROYECCIÓN

Técnicamente los equipos de proyección no destacaban respecto a la mayoría de cines, pero sí que sobresalían en la parte humana. El equipo de proyeccionistas eran los únicos veteranos que estrenaron el cine y que formaban parte de los 72 trabajadores que tenía el cine, ya que los demás no tenían experiencia previa. Unos trabajadores que a día de hoy guardan un recuerdo imborrable de aquellos años.


¿Vamos con la tecnología?

Los proyectores eran los clásicos Cinemeccanica modelo Victoria 5 con lámparas de xénon de entre 3.000w (sala 1) y 7.000W (sala 13) y un sistema de platos horizontales para las películas en 35mm. En lugar del SK-4000, que es el sistema de automatización más utilizado en los cines de la época, la Maqui contaba con el Vector 1000 (como en todos los cines Warner), que era un ordenador con el software de Cinemeccanica que después envíaba la orden al proyector. Ya sabéis: encender luces, lámpara, etc…


En lo que respecta al sonido podíamos encontrar Dolby Digital de base en todas las salas (incluido el EX), el sistema SDDS de 8 canales (7.1) en la sala 10 (en 2002 se quitó por problemas de empalmes en el 35mm) y el glorioso DTS en las salas 9 y 13. Y recordad que en la sala 13 contaba con certificación THX, es decir, que el sonido de esas salas se escucharía como se tenía que escuchar. El THX no era un tipo de sonido como mucha gente cree, sino que era una especie de control de calidad con unos estándares que las salas debían cumplir.


Warner La Maquinista era un cine especial. Un cine que cuidaba al espectador. Su misión era brindar la mejor experiencia cinematográfica en parque de cines españoles donde el espectador no era transportado correctamente a ese mundo de emociones, aventuras y maravillas que es el cine. Y por si a algún trabajador se le olvidada por el cine había carteles para recordarlo. GRANDE.