Después del exitoso artículo de la semana pasada sobre dónde ver Avatar: El sentido del agua de la mejor forma posible, ahora toca esta secuela comparando las dos mejores salas resultantes: la sala IMAX de Cinesa Diagonal Mar y la sala Dolby Cinema de Cinesa La Maquinista. Los dos son cines de Barcelona, sí.

El equipo barcelonés de Sala Abierta nos hemos la nueva aventura de los azulados Na’vi en las dos salas y han estado comparando la experiencia. Para no hacer esos artículos que la resolución va al final me salto la argumentación y suelto la bomba: gana la sala IMAX. Y sale ganadora sorprendentemente porque bajo el papel la sala Dolby es la mejor.


PANTALLA: CUANTO MÁS GRANDE MEJOR

Las dos salas tienen una pantalla panorámica extragrande (200m2 la Dolby e IMAX casi lo mismo) que ocupa prácticamente el alto y ancho de la pared. Como la relación de aspecto de las pantallas es 1.85:1 la imagen de la copia de Avatar: El sentido del agua te ocupa toda la superficie. Eso ES BIEN ya que no perdemos imagen respecto a una pantalla (o copia) en Scope (2.39:1). ¿Lo véis en la foto de abajo? Es poco, pero se nota.

La sensación de inmersión es buena en ambos casos si nos ubicamos en las filas centrales, pero como la sala IMAX tiene menos aforo la pantalla queda enorme en proporción al tamaño de la sala. ¿Mejores filas? Va a gustos, como siempre, pero para estar tener una visibilidad perfecta para el campo visual humano elegimos las siguientes: Fila 5, Butacas 11-12-13 (SALA IMAX) y Fila 9, Butacas 16-17 (DOLBY).

Fila 5, Butacas 11-12-13
Fila 9, Butacas 16-17

IMAGEN: VALE MÁS QUE MIL PALABRAS

Las dos salas tienen proyectores láser, pero en la sala Dolby la copia de Avatar: El sentido del agua está a resolución 4K (es la única de España en 3D así) y se reproduce en Dolby Vision, una versión exclusiva en HDR con un contraste 1/1.000.000 y 16 bits por cada pixel. Eso debería significar que se tiene que ver mucho mejor que en la sala IMAX, pero realmente no hemos notado diferencia en el nivel de detalle o el contraste salvo en la promo de la propia sala Dolby. Y eso que la copia de la sala IMAX sólo está a resolución 2K.

Donde sí hay pequeñas diferencias, como decía Vincent Vega, es en el temido “speckle” del proyector láser de la sala Dolby. En los momentos que se ven zonas más blancas o luminosas en pantalla, como focos de luz de naves, explosiones con fuego o directamente planos del cielo, se crea un efecto como de brilli-brilli en dichas zonas.

Es un patrón de puntitos brillantes moviendose que se superpone a la imagen proyectada. Y distrae bastante porque se ve muchísimas veces. Seguramente un ojo inexperto de un espectador casual no lo notará, pero nosotros no paramos de cantar por dentro “Se ve, se siente, el speckle está presente”. Se supone que este efecto aparece por el rebote de la luz del láser en ciertas pantallas a una longitud de onda determinada, pero de esas mandangas no sabemos nada.

Lo que sí sabemos es que en la sala IMAX eso no ocurre. Nada de purpurina, puntitos o brilli-brilli. ¿Es porque la pantalla es de mejor calidad? ¿Por tener menos potencia de luz? ¿Por ser la copia en 2K? Ni idea, pero es un tema tan importante como para que la imagen de la sala IMAX acabe siendo mejor.


3D y HFR: GRAN MATRIMONIO

Si queréis ver Avatar: El sentido del agua en todo su esplendor deberéis verla en 3D HFR. Lo que mucha gente no sabe es que los polémicos 48 fotogramas por segundo (fps) no son constantes a lo largo de toda la película. Hay planos que van a 48fps para acto seguido bajar a 24fps. Se está ahí unos segundos/minutos y luego vuelven los 48fps.

La verdad es que este sistema variable de fotogramas choca bastante y tiene que pasar un rato para que te acostumbres; y si lo haces, cuando vuelven los 24fps da la sensación de verse mal, como forzado. Eso sí, hay escenas donde los 48fps quedan de coña (todo lo que sea bajo el agua es IMPRESIONANTE) y luego hay otras que parece un videojuego cutre y te saca totalmente.

Hay que comentar que durante el visionado de la sala IMAX pasó algo raro. En el tercer acto, donde hay más acción, daba la sensación de que cuando no iba a 48fps lo hacía a una velocidad MENOR de 24fps. Las imágenes se veían a trompicones, de forma lenta y borrosa. Como cuando tú ordenador está haciendo mil cosas a la vez y no puede con ello. Suponemos que debe ser que el servidor NAS de la cabina de proyección no aguanta la velocidad de lectura de esa parte, pero no estamos seguros. Tampoco sabemos si fue algo puntual.

Queríamos comparar con la sala Dolby pero… no nos dejaron.

A mitad de película uno de los proyectores falló haciendo que una de las lentes de las gafas 3D se quedara en negro. Eso es debido a que el Dolby 3D es un sistema diferente del más extendido en las salas 3D. Con las típicas gafas RealD (Cinesa, Kinépolis, Yelmo) el proyector envía dos imágenes a la vez para que luego las gafas polarizadas se encarguen de filtrar cada imagen al ojo correcto.

Como la sala Dolby tiene dos proyectores, su 3D se basa en tener filtros para los tres colores primarios (rojo, azul, verde) en las gafas y cada uno de ellos en una longitud de onda diferente para el ojo del espectador con su correspondiente proyector. Es decir, hay un proyector para cada ojo. Así que como el proyector del ojo derecho falló, nos quedamos sin visión allí.

Buneo pero… ¿Y qué tal el 3D? Pues impresionante. Se tiene que vivir. Es un 3D estable, sin ghosting (cuando una imagen que debería ser para el ojo izquierdo aparece parcialmente sobre el derecho, y viceversa) y con una profundidad de campo muy inmersiva. Obviamente verla con un proyector láser ayuda muchísimo ya que hay buen brillo y los colores son muy vivos.

¿Entonces diferencias entre la sala Dolby y la sala IMAX con el 3D? En la proyección ninguna. Las diferencias las tenemos que buscar en lo que nos ponemos en la cara. Las gafas Dolby 3D son más pesadas, se tienen que devolver a la salida y tienen un campo de visión limitado. Las gafas IMAX 3D son ligeras, reutilizables y su campo de visión es tan amplio que no ves ningún borde de la montura viendo la película.


SONIDO: ¿DIGAMELÓN?

Nos están vendiendo que uno de los grandes requisitos para disfrutar de la película de James Cameron es escucharla en su esplendoroso Dolby Atmos. El sonido envolvente de Dolby dispone de un sistema de 64 canales únicos que hace que el sonido se transmita desde todas las direcciones, incluso desde arriba. Y realmente se oye bastante bien, pero en el caso particular de Avatar: El sentido del agua no destaca demasiado.

De hecho, se escucha mucho mejor en la sala IMAX con su sistema propio de sonido de 12 canales, dando importancia a los 4 en el techo y a los 2 laterales. No sólo se escuchó mejor el sonido envolvente sino los graves que fueron notorios desde los tráilers (el de Shazam! La furia de los Dioses fue una pasada). Realmente a lo largo de la película sentías como te vibraba todo con una gran potencia de sonido.


CONCLUSIONES: SALA IMAX GANADORA

No hace falta darle más vueltas. La sala IMAX del Cinesa Diagonal Mar de Barcelona es la mejor sala para ver Avatar: El sentido del agua. Su pantalla es enorme, su proyección láser es perfecta, las gafas 3D son mejores y el sonido te hace vibrar. Verla en esa sala es una experiencia inigualable siempre y cuando el vecino de butaca no moleste con el móvil, hable con su pareja o mastique/huela como un cerdo.

Pues pobre sala Dolby, ¿no? Bueno, tiene renombre pero se ha demostrado que ha perdido la guerra. Su proyección láser tiene demasiado ‘speckle’, las gafas 3D tienen un campo de visión limitado, el sonido Dolby Atmos roza el aprobado y ahora mismo esa sala es una lotería para que vayas a una sesión y se te joda uno de los proyectores. Ha pasado antes, nos pasó a nosotros y seguramente volverá a pasar.

¿Lo mejor de la Dolby? El pasillo antes de entrar que siempre está personalizado con la película que vas a ver.